jueves, 11 de febrero de 2010

Vientos de Agosto

Nos conocimos una mañana de Agosto. Tenía que hacer varios trámites en el Banco y como pensaba que no iba a tardar mucho, llevé los expedientes en mis brazos.
"Agosto es el mes de los vientos", decía mi madre. Efectivamente, cuando estaba por entrar al  Banco, una ráfaga de aquellas me levantó la falda, arremolinándola prácticamente en mi cintura. Por sujetarla se me cayeron todos los papeles que llevaba. Un señor vestido con traje gris, me observaba y se reía de lo que me estaba pasando. Sin dejar de perseguir las hojas que volaban cada vez más lejos, lo miré con rabia como diciendo "¡No te rías más desgraciado y vení a ayudarme!". Entonces se acercó y ambos terminamos de recoger los expedientes. Mientras yo acomodaba mi ropa, me miró con ojos pícaros y me dijo: "Me debes un café. No acepto excusas...te espero hasta que termines tus trámites, no sea cosa que el viento indiscreto vuelva a hacer de las suyas".
Fuimos al bar que estaba en la esquina. Estaba un poco nerviosa, nunca había aceptado una invitacion de un desconocido. Pude observarlo bien. Realmente era un hombre culto, inteligente, simpático pero sobre todo ¡muy buen mozo! Hablamos durante casi una hora e intercambiamos los números de celular...
Volví a la oficina. Me dijeron "¿Qué pasó Analía? ¡Estás radiante!". Yo sólo repetía en silencio Pablo, Pablo, Pablo...

3 comentarios:

  1. Todo muy lindo, ¿pero quién pagó el café?
    Es un detalle muy importante, Maribé.
    Al menos para mí.
    ¿Me dirías quién pagó el café? ¿Pablo o vos?

    Por acá tenemos un dicho sobre los vientos de Agosto, pero se relaciona con la muerte.

    Saludos.

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  2. Jajajaja!!!!!

    The story to be continued!!!

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  3. Bad girl.
    Es algo que "ya sucediò" en la historia.

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