martes, 16 de febrero de 2010

Una noche especial (Parte II)

Salimos abrazados del lugar. Caminamos hasta el estacionamiento.
Luego de un viaje relativamente corto, entramos en un hotel alojamiento. Cada habitación tenía su propio garaje frente a la puerta de entrada. Un portón rebatible protegía la intimidad de los ocupantes, al ocultar la patente del vehículo.
Entramos a la habitación alfombrada y con varios espejos.
Pablo me miró a los ojos y supongo que adivinó mis dudas, porque me dijo:
-No tengas miedo, princesa, nadie va a hacerte daño…-.
Se acercó a la mesita de luz y vació los bolsillos de su pantalón.
Y lentamente volvió a besarme en la boca. Yo lo dejé hacer y me dejé llevar…
A la vez tierno, apasionado, dulce, vehemente, suave…nunca había conocido a alguien así. 
Pablo pidió por el interno un par de gaseosas, luego  nos recostamos y me dijo:
- Princesa, creo que me estoy enamorando de vos...-.
Yo me sonreí y le di un beso. Y nos quedamos dormidos abrazados.

2 comentarios:

  1. ...¿vació los bolsillos de su pantalón?

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  2. Sr. Crónicas:
    ¡SI!
    ¿Y qué?
    ¿No puede?
    ¿No debe?
    ¿No se usa?
    ¿No corresponde?
    ¿Vos no lo harías?
    ¿Por qué?

    Saludos

    ResponderEliminar

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