miércoles, 17 de febrero de 2010

Descubrimiento

Me desperté. Saqué su brazo de mi cintura y me levanté para ir al baño. Al volver, lo vi. Estaba en la mesita de luz, al lado del manojo de llaves del auto, asomando por el borde de la billetera: una alianza de oro. No lo podía creer. Me acerqué muy despacio para no despertar a Pablo: Tomé el anillo entre mis dedos y pude ver la inscripción dentro: Clara y Pablo.

Suavemente abrí con un dedo su billetera. Y allí estaba la foto de Pablo abrazando a una mujer rubia con una nenita en los brazos. Me senté en la cama, shockeada por lo que había descubierto. Lentamente me vestí, me arreglé un poco y lo sacudí para despertarlo:

-¿Qué pasa?- dijo todavía medio dormido

-Sos un desgraciado- le dije, mientras se me quebraba la voz por el llanto que empezaba a salir a borbotones- Quiero que me lleves de vuelta y que nunca más aparezcas en mi vida.

Abrió los ojos y me preguntó:

-Pero, ¿qué pasa Analía?-.

-Pasa que sos casado y no me lo dijiste- respondí señalando la foto y el anillo-Y yo no me merezco esto. Si me hubieras dicho, yo hubiera podido elegir...
-Dejame que te explique- dijo
-¡No hay nada que puedas explicar!. Si no me llevás vos, no me importa, me voy caminando-.
-No, ¡Por favor! ¡Dejame que te explique!..Está bien, tenés razón, estoy casado todavía, pero voy a pedirle que nos divorciemos. Ya no doy más, con ella no va más; es más, ni siquiera estamos viviendo juntos...No te lo conté porque no quería arruinar lo lindo que estaba creciendo entre nosotros, por eso también te dije que alquilé el departamento, que me estaba mudando...Por favor, Analía, ¡te estoy diciendo la verdad!
Sin mirarlo le dije:

-¡A mí qué me importa!. Confié en vos, ¿sabés?. Yo no te oculté nada y vos sí, y encima tenés una hija...Me quiero ir de acá y no quiero verte nunca más.
-¡No, pará! La nena no es mi hija. Es hija de su primer matrimonio.
-Mirá Pablo, ya no puedo creerte nada. Se terminó.
Esperé que terminara de vestirse y nos fuimos. Quiso llevarme a mi casa, pero le dije que me deje donde nos habíamos encontrado.
Me tomé un taxi y me puse a llorar. El taxista me miraba por el espejo y me preguntó si estaba bien. No le respondí. Cuando llegué, Lorena no estaba. Se había ido el fin de semana a Colonia.

Ay Pablo, cuando me dijiste que te estabas enamorando de mí, te creí.
Yo también me estaba enamorando...qué estúpida que fuí!

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  2. ????? Why? Have I said something that it were not nice?

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