viernes, 5 de marzo de 2010

Recién hoy...

Recién hoy tengo tiempo de seguir mi diario. Las cosas fueron pasando vertiginosamente…Anoche fue la inauguración de la muestra de mi hermano Luis. Pero hasta que esto sucedió, pasó de todo: No llegaban los cuadros que él había despachado desde Córdoba, la invitaciones no estuvieron listas a tiempo, y otros inconvenientes más, hicieron que hubiera que postergar la inauguración un par de días, (obviamente una excepción), todo gracias a Gustavo y la persona que él conocía ...
Gustavo y mi hermano querían que fuera con ellos a todos lados, pero no pude. ¡Tengo que trabajar! Así que me pasaban  a buscar puntualmente los dos por la oficina en el horario de salida. En estos días he conocido un montón de lugares, tanto restaurantes, bares, museos, etc...

Pero lo más interesante y lo que quería contar ocurrió en los Bosques de Palermo. Ese día mi hermano estaba descompuesto, supongo por los nervios previos a la muestra y a algunos inconvenientes con la impresión de los catálogos. Así que Gustavo me fue a buscar a la salida de la oficina, como siempre y  fuimos a pasear los dos solos.

Caminamos por las veredas del hermoso lugar un  buen rato, en silencio…Me tomó de la mano cuando llegamos a ese lugar tan bonito que es el Rosedal. Lo miré y me sonreí…Tiene manos grandes, calentitas, mullidas, hermosas…¡Y yo siempre con mis manitas congeladas!

Empezamos conversando de cosas triviales, pero luego fuimos abordando temas más profundos. Como estaba ya anocheciendo y empezaba a ponerse frío, fuimos a un bar pequeño, sobre  Avenida Libertador. Nos quedamos allí hasta muy tarde. Creo que le conté toda mi vida. Y él también la suya. Nunca había sentido esa conexión con un hombre. Muchas de las cosas que le dije, jamás se las había confesado a nadie. Creo que a él le pasaba lo mismo. No dejábamos de mirarnos a los ojos, como si el mundo alrededor nuestro ya no existiera, solo nosotros dos. Ahí mismo pedimos algo para cenar.

Cuando ya no quedaba nadie en el lugar y estaban por cerrar, me llevó a mi casa. Se bajó para abrirme la puerta del auto y me acompaño hasta la entrada del edificio.

-Bueno, gracias por todo Gustavo- le dije.

-No me agradezcas, me encantó poder hablar con vos, los dos solos. Nunca pude conversar con una chica tanto tiempo como con vos, con vos todo es diferente…Desde el día que te vi en Aeroparque imaginé que podría haber algo especial entre nosotros…-me dijo.

-Bueno, ¡gracias! yo también la pasé bien, me encantó la charla que tuvimos…Gracias por el paseo, la cena, por traerme…Buenas noches Gustavo- y le di un beso en la mejilla.

Me di vuelta y entré al edificio.



Me gusta, me gusta, me gusta mucho, mucho, mucho. Es un ser humano excepcional, cálido, divertido, profundo… Pero es diferente lo que siento con él,  con respecto a cualquier otro hombre que haya conocido, el trato, como me hace sentir, como protegida, no sé cómo explicarlo, va más allá…¡Por supuesto que me gusta físicamente! Desde que lo vi cuando fui a buscar a Luis a Aeroparque, su mirada, su sonrisa, es…no sé, como si nos conociéramos de toda la vida…Espero no equivocarme de nuevo…

4 comentarios:

  1. Sueños y buenos deseos.

    Recibe mi cariño con el deseo que goces de un buen fin de semana!!!!

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  2. Bueno, seguimos avanzando. Además, parece que nace un nuevo amor, según el relato.
    Todo un joven caballero para Analía.
    Creo que el beso en la mejilla estuvo bien.
    ¿No tienen celulares estos muchachos?

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  3. Maria:

    Se que valemos los 365 días del año, pero hoy 8 de marzo.... tengo el placer de visitarte.....

    Cariños


    No nos convertimos en Mujeres con el nacimiento,
    es la vida la que nos enseña a ser Mujer.
    Simone de Beauvoir

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  4. ¿Porqué creés que puedas equivocarte?, solo vive el momento que es lo que cuenta.

    El mundo es de los audaces.



    Saludos.

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